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Gran parte de la vida de las personas transcurre en el trabajo. Como las jornadas laborales son extensas, en muchos casos, los jefes y empleados pasan más tiempo entre ellos que con sus familias. Ésta, entre otras, es una de las razones por las cuales se debe encontrar un balance entre la vida personal y laboral para así tener relaciones saludables en el empleo. Pues así será la mejor forma de que el trabajo rinda, el estrés baje y la productividad aumente significativamente. A continuación 4 claves para una excelente relación jefe-empleado:


1. Implicar

El jefe que imparte las órdenes para que los empleados las acaten, sin dar su opinión, ya pasó de moda, pues ese era un modelo de autoridad que no funcionaba. Generaba apatía, automatización e incluso rebeldía por parte del empleado. El modelo que entró en el ámbito laboral para sustituirlo es el de implicación. Consiste en hallar las soluciones, establecer y reformar las políticas empresariales en conjunto con los empleados para darles un rol participativo y activo en la toma de decisiones. La implicación del empleado dentro de la empresa debe ser el objetivo principal para una óptima gestión del capital humano.

2. Halagar

Es significativo que el empleado reciba comentarios positivos acerca del buen trabajo que hizo. Es muy importante desprenderse de la mentalidad del “para eso se le paga”, que en nada ayuda a que la relación jefe-empleado fluya de forma amena. Pensando de ese modo, lo único que se logra es que el empleado se sienta un utilitario de la empresa y no un ser humano.

3. Respetar

Ambas figuras, jefe y empleado, pueden tener malos días, cometer errores o tener problemas familiares totalmente ajenos a la empresa. Sin embargo, jamás debe perderse de vista el respeto. Por supuesto que si algo está mal, es necesario comunicárselo al empleado y exhortarlo a un cambio de actitud o a una mayor atención para que eso no vuelva a suceder, pero siempre desde un lugar de respeto hacia él.

4. Motivar

Para lograr un mayor beneficio para la empresa, no bastará con solo exigirles a los empleados que alcancen los resultados, sino que será necesario motivarlos dándoles parte de ese beneficio que se obtendrá gracias a su mayor esfuerzo y concentración. La motivación es una de las claves para una excelente relación jefe-empleado. Es necesario pensar y planificar una estrategia de incentivos para los trabajadores, la cual debe estar hecha por el equipo de gestión de recursos humanos. Un plan de incentivos bien estructurado hará que la fuerza laboral logre cualquier objetivo.

El empleado es el cliente más importante de la empresa, por eso se lo conoce bajo el nombre de cliente interno, y mantenerlo motivado, conforme y, por ende, feliz, repercutirá directamente en los resultados de su trabajo. En consecuencia, esto contribuirá a mejorar los resultados de la empresa.

Saber ponerse en el lugar de la otra persona, escuchar, comprender, dar soluciones y ser flexible, son parte de la cotidianeidad en el camino a una relación saludable.

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