Para las mujeres, el camino en el mundo empresarial no ha sido sencillo. Las trabas y obstáculos que se les presentan día a día son innegables. Sin embargo, su capacidad de aprendizaje y adaptación, así como sus ganas de salir adelante las han hecho sobresalir.
El recorrido es complicado, pero las líderes femeninas saben defenderse, traspasar límites, romper estereotipos y, sobre todo, ignorar prejuicios para conseguir sus objetivos trazados. No por nada los puestos directivos son ocupados, cada vez con mayor frecuencia, por mujeres. Un estudio realizado por Expert Market, reveló que a pesar de la brecha salarial y presencial en el mundo laboral, ellas se están posicionando fuertemente en el mercado empresarial.
Datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) demuestran que a escala mundial, Jamaica es el país que cuenta con un mayor número de jefas (59.3% de los líderes); seguido por Colombia, con un liderazgo femenino de 53,1%; y Santa Lucía, con 52.3% de mujeres ocupando cargos directivos. Esto, en contraste con lugares como China, Japón y Corea del Sur, con 16.8%, 11.1% y 11% de mujeres líderes, respectivamente.
Pero, ¿qué hace diferente a una mujer directiva? No es que las mujeres tengan súper poderes, sino que simplemente cuentan con cualidades más desarrolladas que los hombres, por ejemplo:
Ante esto, aún hay un cuestionamiento que queda sin resolver: ¿por qué los hombres siguen dominando en puestos de liderazgo? Una infografía elaborada por el portal de Soy Entrepreneur con datos provistos por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela que en la sociedad mexicana las mujeres son menos arriesgadas que los hombres. Ellas esperan tener el 95% del control de un puesto para animarse a ocuparlo. El entorno sociocultural también tiene implicaciones, ya que a pesar de la liberación femenina y los esfuerzos que se hacen por eliminar barreras de género, los roles sociales que indican que una mujer debe estar en casa mientras que el hombre trabaja aún persisten arraigados.
También, el tema de combinar la vida personal con la vida profesional es complejo. El poco acceso a guarderías y los arduos horarios laborales no son una buena combinación. Ser esposa, madre y empresaria exitosa es un verdadero reto.
La situación es compleja, pero los resultados son contundentes. Se trabaja a pasos agigantados para aumentar el número de mujeres en puestos directivos. Pero, sin duda, la mejor manera de llevar a una empresa al éxito es trabajando en equipo, teniendo una adecuada gestión del capital humano y siendo un gran líder, sin importar el género.