La inclusión de las mujeres en el mundo laboral ha ido ganando terreno en las últimas décadas. Actualmente, las decisiones en las compañías son tomadas, en su mayoría, por hombres. Sin embargo, este tipo de prácticas disminuye poco a poco, como muestran las cifras de la CEPAL, que señalan que 4,2% de las grandes empresas en la región cuentan hoy en día con alguna mujer como presidenta o directora general.
En México, combinar maternidad y trabajo es un reto difícil de enfrentar. El camino aún es largo, pero se continúa avanzando. Las mujeres están empezando a tomar conciencia de que tienen el derecho, la posibilidad y la capacidad de desarrollar una vida profesional y personal al mismo tiempo.
En los últimos tiempos, ha habido en México muchos avances en materia de legislación sobre maternidad, que avalan que el periodo de licencia sea de 12 semanas (84 días). Esto únicamente sucede después de que la futura mamá trabajó por al menos 30 semanas durante los 12 meses anteriores al inicio del periodo.
La historia está tomando el mismo cauce en Perú, donde se acaba de extender la licencia por maternidad, al pasar de 90 a 98 días. En este régimen se establecen 49 días de descanso prenatal y 49 días de descanso post-natal (antes eran de 45 días en cada caso). Además, se declaró nulo el despido que tenga como motivo el embarazo, el nacimiento o cualquiera de sus consecuencias.
En contraste, en España, el mobbing maternal, es decir el acoso psicológico que sufre una trabajadora para conseguir que abandone voluntariamente su puesto laboral y no correrla por su embarazo, sigue siendo un riesgo para cualquier mujer. Las estadísticas no mienten: 18% de las colaboradoras embarazadas sufre presiones por parte de la empresa debido a su maternidad, mientras que cerca de 25% de las mujeres entre 18 y 25 años acaban siendo despedidas.
En otros países de Europa la historia es distinta, ya que tienen muy claro que ser madre es uno de los derechos de cualquier mujer, por lo que esta decisión no tiene porque interferir con su desarrollo profesional. Es así que a cada colaboradora que tiene un hijo se le entrega un colchón pequeño, una funda, una manta, un edredón, entre otras cosas. Esto forma parte de la ahora popular caja de cartón de Finlandia.
Por ser un país de primer mundo, se esperaría que Estados Unidos tuviera programas similares a los que ofrecen en Europa, sin embargo la historia se cuenta de diferente manera: en el país norteamericano las empresas con menos de 50 empleados no tienen obligación de ofrecer una seguridad pagada a las nuevas madres, incluso la mayoría tiene que volver a trabajar antes de los tres meses para no perder su puesto. Aunque para dedicarle tiempo al bebé, las madres tienen que emplear una combinación de varios recursos: baja por incapacidad temporal, baja por enfermedad, tiempo de vacaciones, días personales y un periodo de baja temporal sin sueldo.
Finalmente en México, a pesar de estar todavía “en pañales” en este tema, se está haciendo la lucha por tener mejores prácticas y se está implementando un programa similar al de Finlandia llamado Cunas CDMX, donde el gobierno del Distrito Federal busca que los bebés cuenten con elementos de calidad e higiene después de nacer.
Como se mencionaba al inicio, el camino es largo, pero no imposible: los gobiernos de diferentes países están implementando programas para evitar el despido de las mujeres embarazadas, y así apoyarlas en su desarrollo personal y profesional.