Un gran porcentaje de las empresas se caracteriza por contar con empleados de diversas edades, es decir, en las que interactúan tres grupos generacionales: primeramente los Baby Boomers, cuyas edades se encuentran entre los 50 y 70 años; la Generación X, cuyos integrantes oscilan entre los 40 y 50 años, y finalmente, los Millennials, que van de los 17 a los 40 años.
Se ha estigmatizado que esta concurrencia de empleados con edades tan disímiles puede ser fuente de conflictos en el ámbito laboral. No obstante, otros coinciden en que la brecha generacional puede convertirse en una ventana de oportunidades para las empresas. Así, la integración laboral ha devenido en uno de los principales ejes al que los encargados de la gestión de recursos humanos deben prestar atención.
Amaia Ramírez, gerente senior de consultoría de PwC México, resalta la importancia de identificar las características de los empleados para diseñar políticas que se adapten a las cualidades de cada una las generaciones. Por su parte, Sylvain Namy, director ejecutivo de Page Personnel, enfatiza un aspecto fundamental: la motivación de los empleados.
A continuación se delinean algunas acciones para compensar a las tres generaciones de empleados, que te permitirán aprovechar todo su potencial y facilitarán el alcance de la preciada integración laboral.
Este extracto tiende a apreciar más el trabajo individual y la estabilidad laboral. Así, su sentido de pertenencia deriva de recibir una remuneración fija, de contar con una oficina propia y del goce de beneficios como un auto. La búsqueda de estatus y de reconocimiento como líderes se traduce en la posibilidad de recibir regalos de la institución, obtener un plan de pensión a largo plazo e inclusive la posibilidad de acceder a stock options. Estas compensaciones propiciarán e incentivarán su participación, compromiso y responsabilidad como guías de proyectos.
Esta generación intermedia guarda grandes similitudes con la Baby Boomers. El sentido de pertenencia que desarrolla deviene en el requerimiento de una remuneración fija en combinación con otros beneficios, tales como la adquisición de acciones de la empresa, bonos extraordinarios y una capacitación constante que reafirme su aptitud de liderazgo. Sus planes de ahorro se incentivan cuando planea un proyecto de pensión a futuro. Todo esto garantiza, en buena medida, su permanencia en la institución.
La integran los empleados más jóvenes, quienes valoran la flexibilidad e innovación y pretenden mejorar su calidad de vida. Buscan un menú de beneficios, como los avances tecnológicos, por lo que aprecian que la compañía les provea de las herramientas técnicas necesarias que les permitan el logro de los objetivos institucionales. El temor que estos empleados sienten de ser subestimados por su juventud se refrena con la asignación de bonos de permanencia. Aumentar su rendimiento laboral requiere que la compañía les ofrezca la oportunidad de negociar y aportar ideas, flexibilidad de horario y propicie el trabajo en equipo.
Ciertamente, la integración laboral no es sencilla. Es necesario que toda empresa motive a sus empleados a trabajar en equipo y que la edad sea un elemento secundario.