Más que una regla de las empresas, establecer horarios laborales se vuelve imprescindible si lo que se busca es tener un equipo de trabajo productivo, sin estrés y motivado. Salir temprano de la oficina es mucho más que un capricho o un acto de rebeldía: es una premisa para el bienestar físico y emocional de cualquier persona.
A pesar de que en los países de Latinoamérica el capital humano aún está acostumbrado a trabajar más de 8 horas por día, las nuevas generaciones están cambiando este panorama. Tal es el caso de los millennials, aquellos jóvenes que actualmente tienen entre 20 y 36 años, quienes se han encargado de destruir esquemas tradicionales para optar por horarios flexibles y home office (trabajar en casa).
Y aunque para algunos el salir a tiempo –porque se cumple con el horario establecido– es sinónimo de falta de interés e irresponsabilidad, la realidad es que el trabajar un máximo de 8 horas aumenta la productividad y la creatividad, a la par que elimina la apatía, el mal humor y el estrés generado por tratar de satisfacer a los líderes.
Pero, ¿cómo está Latinoamérica en este tema respecto a otros países alrededor del mundo? Un estudio realizado por la firma de voz por protocolo de Internet GetVoip, revela que los mexicanos pasan 48.8 horas a la semana trabajando, y sólo por encima se encuentran los empleados en Hong Kong y Turquía, quienes se desempeñan 49 y 51.2 horas, respectivamente.
En contraste, el país de la región en el que menos se trabaja es Brasil, donde los colaboradores se desempeñan 43.5 horas a la semana. Mientras que Dinamarca encabeza la lista de los países donde menos se labora con 38.3 horas semanales, seguido de Países Bajos y Noruega, con 39.1 horas cada uno.
A continuación, las seis razones más importantes por las que sólo se debería cumplir con el horario laboral y salir temprano de la oficina:
Ante esto, los expertos recomiendan concentrarse en las horas de trabajo, alejarse de interrupciones y distracciones que solo retrasan el desarrollo de actividades. Así se asegura cumplir con las obligaciones sin quedarse hasta tarde en la oficina.