Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez
[…] Sólo hay que pensar en el paso siguiente,
en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida.
Nunca nada más que en el siguiente.
Momo, Michael Ende.
¿Cuántas veces al final del día se siente un cansancio mental por la cantidad de actividades que se hacen y, aun así, han faltado otras tantas por hacer?
En la actualidad el entorno está en constante aceleración, repleto de conflictos globales que impactan directa o indirectamente a cada individuo, además de rápidos avances en la comunicación y tecnología que saturan de información y distractores. El resultado es que pocas veces se tiene consciencia del tiempo, un recurso no renovable e igual para todos.
Administrar el tiempo no es otra cosa que, “organizar y ejecutar según prioridades”, esto dicho por Dr. Stephen R. Covey. Otros han definido la competencia dentro del ámbito laboral como, “Capacidad para establecer con criterio, prioridades a la hora de ejecutar esquemas, basándose en la visión proyectada para planificar estrategias que minimicen el tiempo de la actividad y optimicen el desarrollo de las tareas”.
Ahora, ¿Cómo se aplica lo anterior al día a día en las organizaciones?
La gestión del tiempo está íntimamente ligada con otros aspectos como, la disciplina, el respeto, la racionalidad, la toma de decisiones, entre otros, que son indispensables para el desempeño de un gran equipo de trabajo.
¿Qué puede ocasionar el no administrar bien el tiempo?
Entre algunos de los efectos más comunes están, la saturación de actividades, incapacidad para delegar tareas, perder el foco de lo relevante y hasta mala salud por el estrés.
Por ello, es importante que se potencialice esta competencia, que busca personas más proactivas y eficaces, cualidades que hacen de cualquiera, un colaborador muy calificado, y así al final del día, terminar la lista de tareas a realizar se vuelve una realidad.
Aquí algunas recomendaciones para administrar mejor tu tiempo:
Estas son algunas herramientas para manejar tu tiempo: