Las jornadas de trabajo son horas arduas de actividades que producen un apetito voraz, el cual aumenta a medida que crece el estrés. Los alimentos se vuelven nuestros aliados para sobrellevar el día a día, regulando el organismo y preparándolo para días intensos.
Pasar ocho horas frente a una computadora es, en ocasiones, el mayor impedimento para llevar una vida saludable. El sedentarismo y la presión laboral no son una buena combinación. Algunos profesionales le dan prioridad a la hora de la comida o almuerzo y olvidan por completo que también hay que alimentarse entre horas para completar la cantidad de nutrientes que requerimos, por lo que en estos periodos de tiempo lo que abunda es la comida chatarra.
Líderes empresariales no están prestando atención a esta situación, olvidando que los problemas de salud que se generan al tener estos malos hábitos alimenticios se relacionan con el desempeño del empleado en su puesto de trabajo, ya que las enfermedades y padecimientos derivan en ausentismo, visitas al médico y pérdidas de talentos que terminan costando a la compañía.
Diabetes, hipertensión, obesidad y estrés son algunos de los sufrimientos más comunes que encontramos en los trabajadores, y aunque la idea no es que el líder resuelva la vida alimentaria de cada uno de ellos, sería ideal que se creen espacios donde puedan comer dentro de la misma oficina, sin tener que recurrir a puestos callejeros o de comida rápida.
Los especialistas en alimentación aseguran que la cantidad de actividad física que se realiza en el día, es proporcional al total de alimentos que se deben ingerir, por lo que se vuelve necesario identificar el grado de trabajo efectivo que tenemos en la jornada laboral, para así poder organizar los hábitos alimenticios.
Por ejemplo, en el caso de quien trabaja y estudia, lo que exige un gran esfuerzo físico y mental, se recomienda que la persona consuma omega 3 que, según sus propiedades, regula los niveles de colesterol, protege la salud del corazón y mejora el funcionamiento de las neuronas.
A continuación, te presentamos algunos perfiles de empleados y los alimentos que deberían ingerir:
Recuerda que trabajo y salud van de la mano. Si bien no es sencillo cambiar de hábitos alimenticios de un día a otro, sí es necesario darle mayor importancia a lo que comemos; la mayoría de los ambientes laborales facilitan la generación de una alimentación desbalanceada, pero es importante mantenerse saludable para rendir mejor en el trabajo. Esto no quiere decir que de vez en cuando no se pueda comer fuera de la oficina, pero no hay que olvidar que los hábitos de hoy, tendrán resultados a largo plazo.