Mientras algunas empresas en el mundo consienten a sus empleados con comida gratis, llevándolos a casa y otorgándoles membresías para gimnasios o clubes deportivos, otras compañías aseguran que lo mejor que pueden hacer para su equipo de trabajo es no obligarlos a ir a trabajar en la oficina.
El segundo modelo, el Home Office, ha resultado el más cómodo para empresas pequeñas que no cuentan con la suficiente infraestructura ni el mejor presupuesto para brindar lujos a su capital humano. Además, les da la posibilidad de elegir y trabajar con el mejor talento, sin importar el país en donde se encuentre. Asimismo, las ventajas no sólo son para los empleadores, sino también para los trabajadores, quienes ahorran –en promedio– 90 minutos al día que invertirían al trasladarse de su casa a la oficina.
Sin embargo, hay compañías que se han declarado en contra de prácticas como Home Office debido a que “son esquemas que afectan la creatividad y colaboración entre las personas”, o al menos eso indicó en febrero de 2013 Marissa Mayer, CEO de Yahoo, cuando prohibió el trabajo desde casa.
Pero si tú ya decidiste que el Home Office es lo tuyo, entonces te dejamos seis tips para manejar a los empleados remotos:
1. Elige buenos canales de comunicación. Llamadas telefónicas, correo electrónico, videoconferencia o por WhatsApp, debes cerciorarte de aprovechar las plataformas que tienes a tu alcance para mantener contacto con los empleados. Ambas partes deben contar con las mismas herramientas tecnológicas para evitar inconvenientes. Es imprescindible que al optar por este modelo de trabajo te asegures de contar con un medio específico para casos de emergencia, en el que siempre obtendrás una respuesta.
Además, fomenta el cara a cara, dicen por ahí que “una vez al año, no hace daño”. La tecnología es una gran aliada, pero generar empatía física viene bien a la relación empleado-empleador.
2. Establece metas. La idea de hacer Home Office no implica hacer menos o más cosas de las que se realizan en una oficina, es simplemente laborar en un entorno menos formal y en horarios distintos. Es por esto que una de las cosas que siempre debes dejar claras son las fechas de entrega. Recuerda que puede que no todos los empleados remotos tengan el mismo horario y éste puede ser el motivo que defina si aceptan o no pertenecer a un equipo.
3. Inclúyelos. Que hagan Home Office no significa que no pertenezcan a la empresa. No los excluyas, ellos también tienen derecho a disfrutar de los desayunos de cumpleaños o de los obsequios navideños que repartes entre tus empleados. Demuéstrales cuánto te importan, que entiendan que pertenecen a una comunidad y que el trabajo que realizan tiene mucho valor.
4. Respeta su espacio. No es que los abandones a su suerte y que sólo les llames cuando se acerque una fecha de entrega o cuando haya nuevas cosas que delegarles, sino que aproveches la distancia con tus empleados y evites ser un jefe controlador que cada cinco minutos envía un mensaje. Que no te vean, no significa que no te tengan presente.
5. Ayúdalos a crecer. El hecho de que estén fuera no debe ser sinónimo de poca motivación, conoce sus necesidades, sus intereses y sus expectativas en la empresa; mantén su actitud proactiva y genera una relación de confianza entre ambas partes. No olvides que si decidiste contratarlos es porque son el talento que requerías para lograr objetivos, así que déjalos tomar decisiones. No tengas miedo a que hagan mal las cosas, mejor capacítalos para que sepan solucionar problemas sin tu ayuda.
6. Conviértelos en tus embajadores. Quizá te genere incertidumbre el no poder monitorear en tiempo real a los trabajadores que practican Home Office, pero recuerda que la gente externa se convierte en representante de tu marca. Si uno de estos empleados vive en un país en el que no tienes presencia, aprovecha al profesional y proponle ser el representante oficial de la empresa en eventos corporativos como conferencias o reuniones con clientes potenciales.
A pesar de que hay empresas que todavía se rehúsan a contratar empleados remotos, cada vez es más común apostar por esta modalidad de trabajo, ya que las herramientas tecnológicas permiten la comunicación y el desarrollo de actividades como si se estuviera cara a cara. Sin embargo, no olvides que la contratación debe ser igual de exigente que en los procesos tradicionales, que este tipo de empleados también son parte de la compañía y, por lo tanto, debes integrarlos a cualquier actividad. Es tu tarea lograr que se sientan parte del equipo y aprovechar cada uno de los beneficios que te ofrece el Home Office.