Una parte fundamental cuando en una empresa se busca contratar a nuevo personal y se encuentra en el proceso de reclutamiento, es el hecho de poder tener una buena organización y tener en claro la manera en la que se llevará a cabo esa relación laboral con el prospecto que se integrará a la nómina de la institución, Por ello, es importante que, desde el respectivo departamento de Recursos Humanos, se pueda tener en claro la forma de mantener esta relación en buenos términos. Un documento que es clave para que eso pueda llegar a buen puerto es el contrato que se firma para sellarla, pues en él, se estipulan los términos y las condiciones en las que se estará desarrollando. Tanto los servicios que serán prestados, como las obligaciones que el patrón tiene que cumplir deben de ser bien expuestas en este documento para que ambos puedan exigir tales al momento en el que se desempeñe esta relación laboral.
Si bien la estructuración de este documento laboral incluye en gran medida el apoyo del departamento legal, el personal de Recursos Humanos también debe estar bien enterado de cómo poder armar un buen contrato en el cual se garanticen los derechos tanto de la empresa, como también de los candidatos que participan en el proceso de reclutamiento. Son diversas las claves y los puntos que se pueden seguir e incluir para que haya un buen contrato y que se pueda llevar a cabo de buena forma la relación laboral desde un inicio, aunque la realidad es que es complicado, en ocasiones, poder llegar a estas claves y saber cuáles son los aspectos importantes a considerar.
Por ello en People Cloud te vamos a mostrar todo lo relativo a un contrato laboral y las cinco claves de un contrato bien estructurado, para que las puedas tener presentes y las apliques en tu vida diaria en tu respectiva organización.
Antes que nada, es importante saber qué es lo que dice la ley acerca de los contratos laborales, pues al final de cuentas es un aspecto legal y el cual se rige mediante las normas de nuestro país. En primera instancia hay que exponer lo que se entiende por una relación laboral, definición que se puede leer en el artículo 20 de la Ley Federal del Trabajo:
“Se entiende por relación de trabajo, cualquiera que sea el acto que le dé origen, la prestación de un trabajo personal subordinado a una persona, mediante el pago de un salario. Contrato individual de trabajo, cualquiera que sea su forma o denominación, es aquel por virtud del cual una persona se obliga a prestar a otra un trabajo personal subordinado, mediante el pago de un salario”.
Ahora bien, ya que se comprendió esta situación, hay diferentes elementos que un contrato laboral debe tener incluido que, más allá de ser importantes para el correcto desarrollo de la relación laboral, son exigidos por la ley. Estos elementos se encuentran incluidos en el artículo 25 de la Ley Federal del Trabajo, el cual estipula lo siguiente:
“El escrito en que consten las condiciones de trabajo deberá contener:
I. Nombre, nacionalidad, edad, sexo, estado civil, Clave Única de Registro de Población, Registro Federal de Contribuyentes y domicilio del trabajador y del patrón;
II. Si la relación de trabajo es para obra o tiempo determinado, por temporada, de capacitación inicial o por tiempo indeterminado y, en su caso, si está sujeta a un periodo de prueba;
III. El servicio o servicios que deban prestarse, los que se determinarán con la mayor precisión posible;
IV. El lugar o los lugares donde deba prestarse el trabajo;
V. La duración de la jornada;
VI. La forma y el monto del salario;
VII. El día y el lugar de pago del salario;
VIII. La indicación de que el trabajador será capacitado o adiestrado en los términos de los planes y programas establecidos o que se establezcan en la empresa, conforme a lo dispuesto en esta Ley; y
IX. Otras condiciones de trabajo, tales como días de descanso, vacaciones y demás que convengan el trabajador y el patrón.
X. La designación de beneficiarios a los que refiere el artículo 501 de esta ley, para el pago de los salarios y prestaciones devengadas y no cobradas a la muerte de los trabajadores o las que se generen por su fallecimiento o desaparición derivada de un acto delincuencial”.
Ahora que ya se conocen las bases legales en las cuales recaen los contratos laborales, es momento de analizar las cinco claves para que un contrato se pueda considerar que está bien estructurado.
Es importante saber que, para que un contrato esté bien estructurado, se deben considerar diferentes aspectos de suma importancia, para que así se pueda comprender de buena manera y, tanto el patrón, como el nuevo candidato que se encuentra en la recta final del proceso de reclutamiento puedan tener en claro sus obligaciones y derechos.
El primer punto a considerar es que se incluyan los datos básicos y esenciales en un contrato laboral, como lo es la información personal del nuevo trabajador al que se le está proporcionando la oportunidad de laborar en la empresa. Estos van desde el nombre, edad, fecha de nacimiento, hasta información como la Clave Única de Registro Poblacional (CURP) o el Registro Federal de Contribuyentes (RFC).
Por parte de la información del patrón, es importante que se incluya el nombre o la denominación fiscal, el domicilio fiscal de la empresa, así como el número de identificación fiscal. Esta es la primera clave para tener un contrato laboral bien estructurado, pues con ello se comienza por incluir la información básica que no puede faltar en ningún documento de esta índole.
Ahora bien, para continuar con los elementos fundamentales de un contrato laboral es importante delimitar y saber el tipo de contrato que se va a realizar, con base en el tipo de relación laboral que se va a establecer con el nuevo trabajador. Para ello, es importante mencionar que en México existen cinco tipos diferentes de contratos laborales como son los siguientes:
Un punto fundamental para la estructuración de un contrato laboral y que deben de tener en cuenta todos los profesionales de los Recursos Humanos, es el establecimiento de la jornada laboral en el documento. Esto es algo que se deja en claro al trabajador desde el proceso de reclutamiento, por lo que es muy importante que se pueda exponer en el contrato para asegurar el cumplimiento de la misma, tanto por parte del trabajador, que pueda cubrir el tiempo necesario, así como también para que el patrón respete el tiempo del empleado.
Evidentemente, uno de los aspectos que más interesan a la gente cuando entra a un nuevo trabajo es la paga que recibirá por el mismo. Si bien esta cantidad se conoce desde el proceso de reclutamiento, es importante que esté plasmada en el contrato, pues así se podrá respaldar la cantidad de dinero que se recibirá.
Asimismo, el trabajador debe saber cuándo se le hará el pago de su sueldo, si será de forma mensual, quincenal o semanal. La forma también puede ser mediante cheque, transferencia, efectivo, entre otras, por lo que también debe quedar bien establecida en el contrato laboral.
Finalmente, la última clave para tener un contrato laboral bien estructurado es dejar en claro si es que a este vienen añadidos o anexados alguna cláusula adicional. Por ejemplo, estas pueden ser de confidencialidad, de exclusividad, entre otros. Esto es importante porque de esta manera los nuevos trabajadores pueden estar enterados de este tipo de pactos, además de que el patrón se respalda para el cumplimiento de estas cláusulas o pactos anexados al contrato.
Uno de los documentos más importantes que hay al iniciar una relación laboral es el contrato con el cual se cierra, de forma legal, esta relación entre patrón y empleado. En este sentido, en un contrato laboral es en donde se establecen los términos en los cuales se estará desarrollando esta relación. En el contrato es en donde se plasmarán, de forma legal, todo lo acordado en el proceso de reclutamiento, por lo que es importante que en todo departamento de Recursos Humanos se tenga en claro la mejor forma de estructura un contrato laboral.
Para ello, en People Cloud contamos con una gran cantidad de herramientas y materiales para que el personal de Recursos Humanos de toda organización pueda tener la capacidad de estructurar un contrato laboral.