Aunque gran parte de nuestro tiempo lo pasamos en la oficina (entre 8 y 9 horas diarias), hay personas que aseguran que el lugar de trabajo no es el ideal para comenzar una relación amorosa, ya que las consecuencias pueden ser duras; en algunos casos se llega hasta el despido.
Pese a esto, 57% de los trabajadores a nivel mundial admiten tener romances laborales, revela un estudio de Regus. El 19% aseguró realizar entre 2 y 4 horas extra de actividades cada semana, situación que no sólo fomenta el trabajo en equipo o la generación de redes profesionales, sino también eleva las probabilidades de tener encuentros amorosos con compañeros.
“Si te sumas al modelo del trabajo flexible, donde el coworking es elemental, no sólo tienes más probabilidad de crear nuevas relaciones de negocios, sino también de encontrar el amor”, comenta Mónica Catalina Cerda, directora de Regus en México.
Cuando un líder condena las relaciones amorosas entre sus empleados, claramente existe una intromisión en la vida privada, lo que es ilegal. Hay empresas que tienen códigos de conducta en los que queda por escrito las sanciones a los colaboradores que rompen las reglas, y que van desde un cambio de departamento, hasta el despido. Es por esto que la mayoría de los trabajadores prefiere mantener su romance en secreto.
En la encuesta de Regus, también se registra que 80% de las personas que han salido con alguien de la oficina afirma no haber sido víctima de malos tratos o recriminaciones cuando el romance se hizo público; sin embargo, la discreción les ha ayudado a disfrutar su relación.
Pero en lugar de condenar las relaciones sentimentales en el trabajo, expertos en el tema invitan a los directivos a aprovechar los beneficios que estas conllevan. El rendimiento laboral se eleva considerablemente debido a que el trabajo comienza a ser visto como un nexo de unión para la pareja, asisten con más ganas a la oficina y laboran tiempo extra con tal de estar más tiempo juntos.
Aunque está la contraparte: para mantener una estabilidad emocional en la oficina se le pide a los colaboradores no mezclar su vida privada y profesional, pues argumentan que interfieren en el buen rendimiento del equipo. Una relación conflictiva causa numerosos problemas que pueden llegar a perjudicar las actividades en la oficina, no sólo porque ya no quieran trabajar juntos, sino porque se presentan las escenas de celos, tensión y comienzan los rumores.
Es inevitable que las relaciones amorosas surjan en los espacios laborales, por lo que es mejor estar preparado para gestionar, de la mejor manera, este tipo de situaciones. Lo recomendable no es prohibir los noviazgos, pero tampoco dar demasiada libertad. Es cuando los encargados de gestionar el capital humano deben crear estrategias para evitar que las uniones de empleados influyan de manera negativa en el desempeño de las actividades o que se filtre demasiada información a los directivos.
“Si surge el amor no pasa nada. No hay que premiarlo ni castigarlo. Hay que depositar un voto de confianza en las personas”, refiere en un artículo Diego Vicente, profesor de IE Business School.
Si la Ley Federal del Trabajo no establece como causa de despido el hecho de que exista una relación afectiva entre empleados, los líderes tampoco deberían tomar esta postura; simplemente tendrían que asegurarse de que se cumpla con los lineamientos de la cultura organizacional y las metas establecidas. El enamoramiento llega sin esperarlo y es inevitable; si esto ocurre en la compañía, es necesario ser profesional, no dañar a terceros y trabajar orientado a los buenos resultados.