La llegada del Coronavirus a nuestras vidas definió por completo el 2020. Todos y cada uno de nosotros vimos cómo nuestros planes, nuestra forma de trabajar y hacer negocios, nuestra forma de entretenernos e incluso, nuestra forma de interactuar con amigos y familia se vieron drásticamente modificadas. De un día para otro, se canceló nuestra asistencia al trabajo y en su lugar tuvimos que implementar el “home office”. Nuestras casas se convirtieron en despachos y escuelas, nuestra conexión a internet se volvió nuestro principal activo y nuestras interminables juntas de trabajo y evaluaciones migraron a video llamadas vía Zoom.
Los líderes de las organizaciones se vieron obligados a tomar medidas hasta cierto punto improvisadas de cara a esta nueva realidad. Algunas han resultado ser más efectivas que otras, pero todas tuvieron como objetivo principal el lograr los mejores resultados posibles en un escenario desconocido e incierto. En otras palabras, 2020 fue un año en el que la gestión de los recursos humanos fue totalmente atípica y que trajo cambios trascendentales que seguramente, llegaron para quedarse. Bien dicen que la evolución siempre llega a partir de los tiempos de crisis.
La llegada del trabajo a distancia
Antes de marzo de 2020, eran muy pocas las empresas que habían implementado el “home office” como parte de su gestión de recursos humanos. La asistencia presencial al centro de trabajo era la norma vigente y la puntualidad de los colaboradores, uno de los principales criterios de evaluación. Existía una especie de temor al respecto. Era como si el rendimiento de los colaboradores dependiera directamente de su presencia física.
El 16 de marzo para ser exactos dio inicio la cuarentena que se ha prolongado mucho más de lo que habíamos imaginado. Las empresas poco a poco fueron migrando a un modelo de trabajo remoto y aquellas que no contaban con la infraestructura necesaria no tuvieron más opción que adaptarse tecnológicamente a marchas forzadas. Poco a poco, el “home office” se fue normalizando y hoy, a 9 meses de distancia, muchas organizaciones han descubierto que pueden operar perfectamente si la necesidad de forzar la asistencia diaria de sus empleados al corporativo. Se rompió el mito de que un colaborador no sería productivo si trabajara desde casa.
¿Cuál será el panorama cuando la cuarentena termine? No podemos asegurarlo, ni siquiera sabemos cuánto tiempo pasará antes de que el COVID-19 esté oficialmente controlado. Sin embargo, sí podemos decir que es muy probable que un importante porcentaje de las empresas mantengan el trabajo remoto como su nueva normalidad, o al menos, implementen un esquema de asistencia y horarios escalonados.
La importancia de la tecnología
Si bien, los recursos tecnológicos y la conectividad eran ya uno de los principales activos para todas las empresas, durante el 2020 se convirtieron en la máxima prioridad. Ante la imposibilidad de asistir a las oficinas, la gestión de los recursos humanos tuvo que depender al 100% de una buena conexión a internet y de una serie de programas que permitieran que la comunicación fluyera en tiempo real y de forma permanente.
Zoom, Google Meet, Skype, WhatsApp se convirtieron en algo de todos los días. Las videoconferencias se volvieron habituales y los empleados tuvieron que adaptar sus casas para poder contar con un espacio propicio, o al menos cómodo y funcional para trabajar. Los servicios que ofrecemos en PeopleCloud HRM se han convertido en una herramienta invaluable para las organizaciones. Contamos con una serie de recursos alojados en la nube, ideales para tener un control remoto de la asistencia y horarios, para optimizar la evaluación del desempeño y para establecer objetivos personales, metas y un plan de carrera para cada miembro el equipo.
El nombre del juego: Flexibilidad
Al inicio de la nueva normalidad, muchas empresas aspiraron a tener un control rígido y riguroso de la situación. Sin embargo, conforme pasó el tiempo, esto no parecía ser la mejor alternativa. En este nuevo contexto, es importante entender que, así como las empresas han enfrentado momentos difíciles y de incertidumbre, también los colaboradores se están enfrentando a una serie de dificultades que les eran desconocidas hasta ahora. Los que son padres de familia han tenido que equilibrar su vida profesional con una serie de nuevas responsabilidades familiares. Otros han tenido que superar la incertidumbre del aislamiento y esforzarse por mantener su salud física y mental en niveles adecuados.
Empresas como Google y Facebook han encabezado la revolución dentro de la gestión de recursos humanos, ampliando por lo menos hasta el próximo verano la modalidad de trabajo remoto. Otras, como Twitter fueron incluso más agresivas, al decir que sus empleados podrían trabajar de forma permanente desde casa si así lo deseaban. Logitech por su parte, implementó una modalidad de asistencia flexible, dándole a sus colaboradores la posibilidad de manejar sus horarios a conveniencia, siempre y cuando sus evaluaciones laborales fueran las óptimas.
La nueva normalidad es un estado de cambio permanente
Adaptarse o morir. Si algo nos ha enseñado este 2020 tan convulsionado, es que la adaptabilidad es la principal característica a la que todas las empresas deben de aspirar. Dentro de la gestión de recursos humanos, todo lo que conocíamos previamente se ha visto modificado. Crear organizaciones flexibles, que puedan modificarse de forma rápida y eficiente ante los cambios que se presenten, debe de ser una prioridad. Debemos dejar de preocuparnos tanto por controlar la asistencia o la puntualidad (claro, sin llegar a los extremos) y enfocarnos más en el cumplimiento de metas y objetivos. Este año aprendimos más que nunca que la comunicación de dos vías es un recurso invaluable que permite que los colaboradores se sepan valorados y comprometidos con la organización. Sin duda 2020 fue un año de grandes cambios, que revolucionó la forma en la que los recursos humanos eran llevados y que sentó las bases sobre las que trabajaremos las próximas décadas.