“El mundo entero se aparta cuando ve
pasar a un hombre que sabe a dónde va”
Antoine de Saint-Exupéry
La toma de decisiones es un tema que nos acompaña desde muy temprana edad y no por ello siempre sabemos tomarlas. ¿A qué hora levantarse? ¿Desayunar o no? ¿Cuál carrera elegir? ¿Qué oferta de trabajo aceptar?
Todo el tiempo se decide, incluso el no hacerlo es decidir y al tomar decisiones también se puede aprender.
La capacidad de análisis y toma de decisiones, es entre otras cosas, un proceso que permite identificar y comprender las diferentes variables que existen para alcanzar un objetivo, teniendo en cuenta los riesgos y efectos.
Estas son algunas características que la persona debe tener para desarrollar esta competencia:
- Análisis: el individuo debe poder comparar las variables, así como el tipo de decisiones, ya que existen: triviales, importantes y trascendentales.
- Libertad: las decisiones que rodean a la persona se relacionan en gran parte con el estudio, el trabajo y la posibilidad de elegir libremente, no debe tirarse en saco roto, ya que una elección puede repercutir en el éxito, en que se sienta satisfecha y socialmente productiva.
- Responsabilidad: tomar decisiones se da en momentos de incertidumbre, por ello, es importante hacer conciencia del siguiente paso y saber que, a mayor rango o jerarquía dentro de la empresa, éstas se vuelven más complejas.
- Creatividad: es esencial para la toma de decisiones tener la capacidad de ver varios escenarios o posibilidades de solución, en otras palabras, de lo que se tiene de frente, cómo utilizar los recursos de otra manera posibilitando más de una alternativa.
El líder no sólo ve por sus decisiones o debe saber tomarlas, sino que se encontrará con algunas que están vinculadas a resolver conflictos. Entre mayor jerarquía, mayor responsabilidad para tomar una decisión.
Algunos teóricos han analizado el proceso que se lleva para la toma de decisiones y con este inician nuestras recomendaciones:
Proceso de toma de decisiones: 1. Identificación del problema. 2. Generación de alternativas de solución. 3. Evaluación de alternativas. 4. Elección de la mejor alternativa. 5. Aplicación. 6. Evaluación de resultados.
Identificar estos pasos puede ayudar a dividir el conflicto entre partes logrando que no sea tan abrumador, además, el orden ayuda a generar certeza. Además:
- Recolecta datos (infórmate): conocer sobre el tema ayudará a generar una sensación de seguridad a la hora de tomar una decisión importante. Vivimos en una época en la que obtener información sobre cualquier cosa está al alcance de todos. Estar desinformados en realidad es elección propia.
- Focaliza: el bombardeo de estímulos que recibimos a diario puede llegar a imposibilitar la asimilación de información. Por lo tanto, hay que definir lo siguiente: “qué debo hacer, qué quiero, qué me conviene.”
- Busca apoyo: admitir cuando se necesita de algún experto, por ejemplo, si es necesario asesorarse en temas financieros, legales, etc. Saber reconocer nuestras propias limitaciones. Dialogar con los demás nos ayuda a abrir más nuestra visión.
- Planifica: así los acontecimientos se pueden anticipar disminuyendo la ansiedad y acrecentando la seguridad para afrontarlos.
- Visualiza: contemplar las posibles soluciones y cuáles serán sus efectos, incluye ventajas y desventajas.
A continuación algún material de apoyo para incentivar la toma de decisiones:
- Para un crecimiento integral está el libro “The paradoz of choice, why more is less” como referente del tema y que no solo abarca decisiones dentro de las organizaciones, sino también, de la vida de cada persona.
- Lee el artículo de Bernand Narr, "10 decisiones laborales de las que te arrepentirás en el futuro.”
- Conoce los tipos de decisiones aquí.
- Algunas de las opciones gratuitas para capacitarse en este tema es este curso y en la plataforma Coursera, está un curso avalado por el Tecnológico de Monterrey.
Es importante recordar que de entre todas las decisiones, la peor, sería quedarse estancado por no decidir.