El esfuerzo que una persona realiza en la búsqueda de nuevas oportunidades laborales es innegable. Expertos en reclutamiento calculan que un trabajador pasa tres horas al día, entre dos y cuatro meses, en el desarrollo de esta actividad. Es por esto que cuando logran formar parte de un nuevo equipo de trabajo su ánimo y expectativas son enormes.
En un mercado tan competitivo como en el que nos desarrollamos hoy en día, es importante que un colaborador se identifique con los valores de la empresa en la que se encuentra y, sobre todo, que se adapte a esa nueva forma de trabajo.
Se vuelve imprescindible que el departamento de Recursos Humanos se empeñe en diseñar programas de inducción que reduzcan sentimientos como miedo, agobio, nerviosismo e ignorancia en los nuevos empleados, ya que esto facilitará su integración a la empresa.
Durante el primer día, por ejemplo, es imprescindible que se genere un ambiente de bienvenida, donde el nuevo empleado se sienta como en casa. Presentarlo a los demás integrantes de la compañía y brindarle orientación acerca de las áreas comunes, es una buena forma de comenzar el proceso de adaptación.
Los expertos recomiendan mantener contacto cercano con los profesionales, asegurarse que cuenten con los instrumentos necesarios para trabajar en un ambiente óptimo; el colaborador llegará con ganas y si tú, como líder, tienes todo previsto y organizado, el nivel de compromiso del nuevo colaborador aumentará considerablemente.
Periodo de adaptación
Es importante que entiendas que la gente no se adapta de un día para otro, el tiempo que has invertido en hacerlo sentir bien tendrá su recompensa, pero no desesperes, dale la oportunidad de demostrar sus capacidades, los expertos recomiendan orientarlo durante los primeros tres meses de desempeño profesional y medir su avance en este tiempo:
A los 15 días de haber ingresado a la empresa, es importante que el líder revise el progreso del trabajador, que fomente una conversación con retroalimentación e identifique las dudas que aún siguen pendientes.
Si el colaborador ya cumplió un mes en la compañía, se le debe involucrar en proyectos de corto plazo para que comience a desarrollar un sentido de pertenencia. Aún no debe ser una gran responsabilidad, pero sí asignarle tareas relevantes.
Ya han pasado 45 días. Es el momento perfecto para evaluar si la persona ya comprendió cuál es su rol en la organización, si se está adaptando y, lo más importante, si se siente a gusto con lo que ha desarrollado hasta ahora. Este punto puede ser decisivo.
Finalmente transcurrieron los 3 meses de actividades laborales y el líder tendrá que incitar a una retroalimentación para conocer inquietudes, dudas, preocupación y desempeño. Es importante conocer si existe alguna razón por la que no desearía continuar en las filas de la empresa o, por lo contrario, qué lo motiva a seguir adelante.
Lo que se espera con la llegada de un nuevo trabajador es que la relación profesional perdure en el tiempo, además de evitar perder dinero en la rotación de personal. Ante esto, es importante recordar que el programa de inducción es una de las principales estrategias de la empresa para fomentar la permanencia de los nuevos empleados. Que se pongan la camiseta no es fácil de lograr, pero hay que brindarles las herramientas para que se sientan en confianza desde su primer día laboral.