Existe una imagen que empieza a expandirse en el mundo laboral: el trabajador que se levanta tarde, toma su computadora y, con ropa de dormir, comienza sus actividades laborales desde la comodidad de su hogar. Esta modalidad, conocida como Home Office, toma auge entre los profesionales. Sin embargo, diversas compañías aún no están preparadas para “soltar las riendas” de sus colaboradores.
Más allá de ello, los expertos reconocen que el trabajo desde casa se traduce en valor agregado para la empresa: la diversidad de los integrantes del equipo laboral se multiplica y se elimina el requerimiento de que todos los empleados concurran en un mismo sitio físico. Esta nueva modalidad hará necesaria una revisión de los procedimientos que actualmente rigen la gestión del capital humano, sobre todo en lo concerniente a la posibilidad de la generación de nuevos proyectos para la empresa a larga distancia.
En pro de la distancia
El Home Office trae consigo una serie de ventajas, tanto para sus practicantes como para los empleadores, que pueden ayudarte a elevar la productividad laboral de tu empresa. Desde el punto de vista del trabajador, en primer término, se puede mencionar el uso constante de nuevas tecnologías; el empleado logra adquirir un pleno dominio sobre su operación, además de utilizarlas de manera responsable.
En segundo lugar, el empleado aprende a separar conceptos como comodidad e irresponsabilidad. El estar en pantuflas mientras se realiza un informe no es sinónimo de indisciplina ni mucho menos incompetencia. Además, este tipo de prácticas funciona como motivador de su compromiso, ya que se les otorga la confianza de trabajar a un ritmo diferente de tiempo, pero siempre cumpliendo los objetivos y ofreciendo resultados positivos.
Desde el punto de vista del empleador, el Home Office permite a las empresas realizar un ahorro significativo en costos de producción, insumos, servicios, mobiliario, infraestructura y disposición espacial, entre otros aspectos, ya que la cantidad de personas que asisten diariamente a la oficina o lugar de trabajo también disminuye. Además, al haber menos contacto entre los empleados, los posibles roces que puedan surgir entre ellos ya no serán un problema, lo que impacta positivamente sobre el clima laboral y la productividad.
¿Tendencia satisfactoria?
Esta práctica aún es relativamente nueva en países latinoamericanos, pero en Estados Unidos, Europa y Asia cada vez gana más adeptos, pues uno de cada cinco trabajadores en empresas estadounidenses practica el Home Office. Pese a ello, existen opiniones encontradas. Por ejemplo, Yahoo dio marcha atrás en 2013 a su programa de trabajo en casa, tras argumentar que esta práctica promueve el sedentarismo y el aislamiento, afectando “la importancia de la interacción entre sus colaboradores para la generación de nuevas ideas”.
Asimismo, aquellas personas que practican el Home Office tienen que aprender a evitar distracciones, trabajar desde la comodidad del hogar obliga a poner límites entre la vida personal y familiar. La televisión, los hijos, los amigos, la pareja, son un reto que hay que superar día a día.
Más allá de todas las ventajas y desventajas mencionadas, es imprescindible que a la hora de implementar esta modalidad de trabajo, tanto la empresa como el trabajador cuenten con los insumos y dispositivos necesarios para cumplir con los objetivos y metas fijados. El hecho de trabajar desde casa obliga al empleado a contar con las herramientas necesarias para hacerlo, a fin de no reducir la productividad de la empresa. Tener a disposición Internet sin fallas, teléfono, computadora y algunos otros dispositivos electrónicos es esencial para no afectar la productividad.
El empleador tampoco debe quedarse atrás. Hoy en día existen diferentes herramientas e indicadores de capacitación y evaluación de desempeño que permiten a las áreas de Recursos Humanos sostener el hilo de conducción y llevar un seguimiento acabado sobre el trabajo realizado. No hay duda de que el Home Office llegó para quedarse. Conquista y amplía cada vez más su incidencia en el mercado laboral, se torna en una necesidad y un gran desafío para las empresas de todo el mundo.