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Si de algo podemos estar seguros es que la tendencia del trabajo remoto que inició con la pandemia, llegó para quedarse. Hoy, a 3 años de la irrupción del Covid-19, el llamado “home office” está más consolidado que nunca. Cada vez son más las empresas que se suman a esta modalidad, ya que ha demostrado que, además de ser efectiva, ofrece innumerables beneficios para la empresa misma, pero sobre todo para los equipos de trabajo. Los ahorros en tiempos de traslado, la comodidad de trabajar desde casa y la flexibilidad de los horarios son solo algunas de las ventajas que contribuyen a una mejor calidad de vida y a un sano equilibro entre el trabajo y la vida personal.


Ahora, siempre que se produce un cambio significativo que modifica el statu quo, este viene acompañado de un período de adaptación en el cual, ciertos problemas salen a la luz. Desde que se generalizó el trabajo remoto, se han presentado algunos retos que poco a poco se han resuelto; algunos con cambios en las leyes vigentes y otros con mayor flexibilidad por parte de las empresas. Sin embargo, aún existen diversas cuestiones que deben de ser resueltas y que sabemos que pasarán varios años antes de que esto suceda al 100%. 


Pero antes de entrar de lleno en materia, te invitamos a visitar el sitio web de People Cloud, en el que encontrarás un sinfín de herramientas alojadas en la nube que, estamos seguros, te serán de gran utilidad en la gestión de los recursos humanos de tu organización. 

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Los principales retos del trabajo a distancia



Cuando una empresa establece un sistema de trabajo a distancia, el éxito del mismo depende en gran medida de la confianza existente entre la organización y los empleados. La organización confía básicamente en que los empleados actuarán con la responsabilidad necesaria y los empleados confían en que la empresa establecerá las condiciones idóneas para que el trabajo remoto se ejecute de la mejor manera posible. Ahora, en el camino se encontrarán sin duda una serie de dificultades que deberán de ser sorteadas día a día. A continuación, hablaremos de las más frecuentes.



Comunicación


Para nadie debe de ser una sorpresa que este sea el mayor reto para una organización en la que el trabajo remoto es una constante. Si en una modalidad presencial, la comunicación asertiva es todo un tema, en el home office su relevancia se incrementa de forma exponencial. La falta de presencia y, por lo mismo, de contacto, representa un reto mayúsculo, pues la comunicación tiende a ser menos eficaz.


Distracciones y Procrastinación


Al trabajar desde casa, los empleados están más expuestos a incurrir en distracciones que pueden influir directamente en la productividad de la organización. Estas se pueden dar por diversos factores que van desde temas personales, labores domésticas o simplemente, pérdida de tiempo en redes sociales. Para mitigar este riesgo, es indispensable que la organización establezca reglas claras al respecto, que, sin ser abusivas o restrictivas, si marquen las expectativas que se tienen para con los colaboradores y definan los límites con claridad. 


Barreras tecnológicas


El trabajo remoto depende al 100% de las herramientas tecnológicas con las que se cuente, y en este caso, es responsabilidad total de las organizaciones el brindar dichas herramientas. Más allá de lo básico, como puede ser una computadora y una buena conexión a internet, la organización deberá de brindar todas las herramientas necesarias; desde una silla funcional hasta el software requerido para que el trabajo se pueda efectuar de la mejor manera posible. Aun así, algo tan simple como la intermitencia en el servicio del internet puede provocar problemas en la organización, además de generar frustración y demoras en los equipos de trabajo. En People Cloud contamos con software especializado que te permitirá administrar el trabajo remoto sin mayores contratiempos, solucionando desde tus necesidades de comunicación, hasta el seguimiento y reporte de las actividades realizadas por cada uno de tus colaboradores.

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Desmotivación


Esto seguramente suena contra intuitivo, ya que podríamos pensar que, si un empleado está laborando desde su casa, ahorrándose así costos y tiempos, esto tendría un impacto favorable en sus niveles de motivación. Sin embargo, está comprobado que la falta de interacción personal puede afectar el estado de ánimo de los empleados. En general, el mayor reto es lidiar de la mejor manera posible contra la sensación de aislamiento que el trabajo remoto puede generar, y en este caso, corresponde al líder del equipo establecer dinámicas y políticas orientadas a proteger la salud mental de todos los miembros de la organización.


Diferencias culturales y diferencias de horarios.


Este es un problema que se da de manera muy frecuente en empresas transnacionales, que cuentan con colaboradores de distintas partes del mundo. Por un lado, resolver la cuestión de la diferencia de horarios siempre es un reto, ya que mientras en México podemos estar a la mitad de la jornada laboral, algún colaborador de Europa o Asia puede estar en horario de descanso o sueño. Por otro lado, la comunicación y los flujos de trabajo pueden verse comprometidos cuando personas con distintos hábitos y costumbres deben de convivir entre sí. Al igual que en el punto anterior, es el líder del equipo quien debe de implementar medidas orientadas a minimizar el impacto de estas situaciones. 


Responsabilidad (o falta de ella)


En los últimos dos años, ha quedado de manifiesto que algunos colaboradores sienten menos responsabilidad para con su trabajo cuando lo ejercen de manera remota. La falta de contacto directo genera una falsa sensación de “no supervisión”, provocando así que el rendimiento decaiga ante la idea de que no sucederá nada. Para mitigar este riesgo, es fundamental que cada uno de los empleados tenga muy en claro lo que se espera de él, tanto en las actividades a realizar como en los tiempos de entrega. 


Coordinación de los equipos de trabajo


Finalmente, un último gran reto que se enfrenta al trabajar bajo el modelo de “home office” es la dificultad para coordinar a todo el personal. En los equipos remotos, organizar las tareas a realizar y dar seguimiento de las mismas suele resultar más complicado que en los equipos presenciales. El líder deberá de tener la habilidad de mantener la supervisión constante, a pesar de que no exista contacto directo con los miembros de la organización.

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Conclusión


Como lo mencionamos al principio de este artículo, la palabra clave para que el trabajo a distancia funcione de buena manera es “confianza”.

Confianza en que mi compañero de trabajo hará lo que le toca para que así, yo pueda realizar mi parte del proceso.

Confianza en que la empresa me proporcionará las herramientas necesarias para trabajar.

Confianza en que, a pesar de la distancia, los supervisores podrán revisar mi trabajo y orientarme en caso de que sea necesario. Y por supuesto, confianza en que cada empleado estará realmente aprovechando el tiempo laboral, sin caer en distracciones o en actividades ajenas para la organización. 

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